La Mirada de Witi

Y esta es la historia de Witi y su evolución, la mirada que cierra la exposición y que tanto me marcó… La conocí en la última salida que hicimos para ayudar a niños con diversidades funcionales, 2 veces al año realizamos durante 10 días una labor de screening en aldeas o áreas de difícil acceso para ofrecer ayuda a niños con diversidades funcionales. Witi acudió con su hermana de 22 años (y sus dos hijos, de 6 años y algunos meses) y nos dijo que tenía problemas del habla y por eso no iba al colegio.

Descubrimos que tenía el brazo quemado, hasta el punto de que no lo podía estirar al tenerlo doblado durante tanto tiempo, ya que la piel se le había adherido. La llevaban con la ropa sucia y las heridas estaban más que infectadas pero lo que mas me dolió era esa falta de cariño. Una falta de amor que no puedo explicar y unas ganas inmensurables de llenar ese vacío.

Desde ese momento supe que la intentaría ayudar y volvería a buscarla y así fue…

Antes de volver a Tanzania me imaginaba cada día como sería volver a ver a Witi, poder ayudarle y darle una oportunidad en algún colegio para niños con necesidades especiales. Creía que iba a llegar e iría a su encuentro pero no fue así… me pedían que me esperase, que no fuera sola pero yo solo pensaba que no querían ir…

Un mes y medio después, y tras más de un plantón, fuimos a Miamba. Una aldea en medio de las montañas Pare, a la cual no puedes acceder con un vehículo cualquiera y un trayecto de más de tres horas. Cuando por fin llegamos todo parecía indicar que no íbamos a lograrlo, el trabajador social no parecía muy enterado pero hizo un gran trabajo. Gracias a su ayuda y a la fotografía de Witi (marcada en favoritos, claro está) conseguimos encontrarle. Fue un cúmulo de emociones volver a ver esos ojos, pensar que podríamos darle una oportunidad de futuro etc.

Pero la historia había cambiado desde nuestro primer encuentro. Esa vez nos dijeron que los padres estaban de vacaciones (siempre me pareció lo más irónico del mundo) pero en esta ocasión nos dijeron que vivía sola con la madre que no había padre… Volvía a estar deambulando por la aldea con su hermana mayor. Otra vez las expectativas volvían a hacer de las suyas, Sister Elizabeth habló con su madre por teléfono, gracias a que su hermana nos facilitó el contacto, y parecía que llevaría a Witi a Mama Kevina Hope Centre pero nunca vino… aún sigo esperando.

Pero he aprendido, aunque no lo entienda, a ponerme en el lugar de su madre por no querer separarse de ella aunque desde mi punto vista no esté pensando en su futuro. He aprendido que no puedes querer ayudar a alguien si el otro no quiere y no podemos pretender pensar qué es lo mejor para los demás.

He aprendido a tener más paciencia, a asumir las cosas como vengan, a no ser tan cuadriculada. He aprendido a confiar más, no pensar que no remamos hacia el mismo lado.

Aún así no cambio ese momento de volver a vernos por nada del mundo, muchas gracias por enseñarme tanto Witi. Siempre estaré aquí para ti 🖤

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