Ellas

Sesi, Naendaeli, Rukia, Flora, Kokiamba, Elizabeth, Upendo, Priscilla… son muchas de las mujeres que me han enseñando tanto y a las que tanto admiro.

Que decir de ellas… yo la verdad que sólo puedo decir que con cada una de ellas me han dado más de un motivo para sentir esa admiración.

Son trabajadoras natas sobre todo por sus hijos, por ser capaces de sacarles adelante hacen cualquier cosa y lo más increíble con una gran sonrisa. Es algo que siempre digo pero en general en el tema de la actitud se llevan la matricula de honor.

Y es algo que yo estoy intentando aplicar, ya que como siempre digo vale más lo que ellas te enseñan que lo que tú puedas aportar

Todavía les queda mucho que avanzar, si nos queda a nosotras imaginar a ellas, no tienen ni los mismos derechos ni privilegios que los hombres ni por asomo. Aunque es cierto que vamos viendo pequeños cambios como por ejemplo: Samia Suluhu Hassan, actual presidenta de Tanzania, la primera del país.

Hay muchos casos de familias mono-parentales en las que la madre está sola y se hace cargo de sus hijos ya que el marido les ha abandonado, pasa mucho aquí. Y además debido a un tema de educación y educación sexual, suelen tener una media de 4,83 hijos por mujer. Por lo que viven situaciones realmente complicadas. Yo les admiro por su actitud pero creo que deberían darse mucho más valor. He visto y vivido situaciones en las que se me ha caído el alma a los pies, me entraban ganas de gritar, y decir no lo consientas, imponte. Pero las cosas no son tan fáciles.

Y hoy quiero hacerle un homenaje a ELLA: Sesi. Nos conocimos en marzo de 2020, en Arusha. Su mirada me transmitió una ternura que no puedo describir, era la bondad personalizada.  Vivía en 25 metros cuadrados con sus dos nietos y su hijo. Su nuera les abandono por los problemas de alcoholismo de su hijo y vivían los cuatro en ese reducido espacios, con una cama y un “sofá”.  Ella era la única que aportaba a la economía familiar, a pesar de su avanzada edad y sus limitaciones físicas, vendía carbón cuando podía. Su hijo más que aportar y hacerle la vida más fácil, hacía todo lo contrario y cuando bebía más de la cuenta le solía poner la mano encima. No me lo puedo ni imaginar, se me saltan las lagrimas, una mujer tan bondadosa y trabajadora que tenga que sufrir la violencia de su propio hijo. El año pasado murió pero yo no dejaré de pensar en ella. Sesi, estés donde estés sólo puedo decir que a mí en solo unas horas me enseñaste mucho, eres un ejemplo para todos.

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